PESCA DE PRIMAVERA

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Sábado 21 de septiembre, el pronóstico anunciaba probabilidad de lluvias. La pesca reclamaba actividad, por lo que aún con posibilidades de mal clima fuimos a inaugurar la temporada de especies estivales al Club de Pescadores…

POR VÍCTOR DE VÍCTOR

Con algo de parsimonia por la cercanía, preparé equipos muy livianos y tres líneas “corredizas” para intentar con las primeras bogas y porque no, con alguna buena carpa de esas que suele regalar el Plata.

Pasado el mediodía y con un cielo encapotado, llegué a la sede central del Club, adquirí un salamín para tentar a las “leporinus” y me valí de un puñado de granos de maíz remojados de los que el club provee a sus socios en toda la extensión del muelle.

Saludé a amigos-consocios y, me ubiqué en «el balcón» mirando al norte, me preparé a pescar de manera muy tranquila. La tradicional caña Shimano Stimula UL estaba acompañada con un flamante Microreel Sienna de la misma marca, cargado con monofilamento de 0.25. La línea, ya mencionamos, corrediza, con una plomada de 10 g. y tres microesmerillones, uno en el extremo proximal y los otros dos para ensamblar brazoladas con anzuelos Owner Mosquito n°4, como siempre decimos… letal.

Me agrupé a pescar con tres amigos del Club, parecía que en equipo la cosa podía salir mejor, se preveía una tarde complicada para la pesca.

Los primeros tramos de la media jornada fueron preocupantemente primaverales, frío, viento, calor, calma, sol, lluvia. Así transcurrió toda nuestra estadía en el muelle, reparándonos ante el chubasco, buscando refugio cuando el viento molestó más de lo deseado y la pesca, muy difícil.

La primera captura que pudimos celebrar fue una carpa de exactamente 4 kilos, lo decimos con esta vehemencia dado que al fin pudimos estrenar nuestra “cama” para pesar pescados. En verdad, el elemento fue un éxito.

De inmediato pude obtener la primera boga, al fin! Un ejemplar de un poco más de un kilo que fue capturado con un equipo muy sutil. Genial!

Luego Juan Ignacio obtuvo otra boga de 1,400 Kg. la que obviamente fue pesada y devuelta a su medio, como a la postre ocurrió con todas las capturas realizadas.

Cada chaparrón nos obligaba a recurrir al reparo del viejo mareógrafo. Rachas frías sólo fueron compensadas con los buenísimos mates de Juan y Fabián.

Entre algunas capturas de boga y un rechoncho bagre blanco, llegó lo esperado. Tentada con granos de maíz picó la primera carpa. La perdí. Entre la prisa bajo la llovizna y la ansiedad producto de una tarde raleada en cuanto a la pesca me refiero, pude comprobar que se trataba de una carpa puesto que ambos anzuelos, luego de un buen pique y varios cabezazos, presentaron la carnada intacta, sin un solo mordiscón.

Renegando cebé la cancha con un buen puñado de maíz. Re-encarné con varios granos y le puse optimismo a la reciente frustración. Luego de unos minutos de espera recurrió el pique. Esta vez, caña en mano, acerté con la clavada y me dispuse a luchar con lo que parecía un pez grande.

Aflojé la estrella del reel y traté de lograr el “equilibrium” del que habla mi amigo Juan Pablo Gozio. Era menester lograrlo, el pez parecía importante y el equipo era muy lábil. Cada corrida metía emoción, el reel “cantaba” y el nylon de 0,25 mm. demostraba su buena calidad. Luego de varios rounds la pudimos ver. La trabajé un rato más y al fin se entregó.

Con la valiosa ayuda de mis pescadores amigos completamos la tarea. La subimos por medio de un mediomundo de esos que provee el Club, la fotografiamos, la pesamos con nuestro flamante artilugio, y al fin la devolvimos a su lugar de origen. 6.140 kg. de pura potencia pescada con un equipo muy liviano. Abrazos, felicitaciones y tarea cumplida.

La noche fue cayendo y una buena boga más llegó con el crepúsculo. La jornada al fin, fue un premio para una tarde climáticamente hablando, bastante difícil.

AGRADECIMIENTOS

Al Club de Pescadores, por la amabilidad de siempre, a mi amigo Ricardo Delgadillo por el dato!, a Juan y Fabián por la compañía y por los mates, y a Juan Ignacio por las fotos.